Familia de violinista que tocó para Trump niega acusación de Cuba de que
su padre mató a Frank País
LUIS DE LA PAZ
Especial/el Nuevo Herald
Durante la visita del presidente Donald Trump a Miami el 16 de junio, el
violinista cubano Luis Haza interpretó el himno de Estados Unidos en el
emblemático teatro Manuel Artime de La Pequeña Habana. Este hecho hizo
que el Presidente mencionara la masacre de la Loma de San Juan en
Santiago de Cuba, el 12 de enero de 1959, en la que fueron fusiladas 71
personas, apenas 12 días después del triunfo de la llamada revolución
cubana.
Entre los fusilados estuvo Bonifacio Haza Grasso, comandante de la
Policía Nacional en Santiago de Cuba en los días finales del gobierno de
Fulgencio Batista y padre del violinista invitado al encuentro con Trump.
Como respuesta, el gobierno cubano a través del sitio Cubadebate,
plataforma de propaganda, reaccionó airado minimizando el virtuosismo
del violinista y señalando que Trump no mencionó en su discurso que "el
padre de Luis, Bonifacio Haza Grasso, fue uno de los asesinos del joven
líder revolucionario Frank País". Este 30 de julio se cumplen 60 años de
la muerte de País, líder del Movimiento 26 de Julio –y su jefe de acción
y sabotaje en todo el país–, en las calles santiagueras, a los 22 años.
Cubadebate basa su afirmación en un texto aparecido en ese mismo portal
en agosto del 2014, firmado por el contralmirante retirado José Luis
Cuza Téllez, a quien mencionan como compañero de Frank País. En el
artículo se apunta claramente que el teniente coronel José María Salas
Cañizares, supervisor de la Policía Nacional, ejecutó personalmente a
Frank País y a su compañero, Raúl Pujol.
"Golpearon brutalmente a Pujol, que cayó inconsciente […] a adonde fue
Salas y le ametralló toda la espalda con una ráfaga larga. Se viró para
donde estaba Frank y le tiró los últimos proyectiles que le quedaban",
escribe el Contraalmirante. De manera que la acusación de Cubadebate
queda desmentida en sus propias palabras. Sólo se afirma en el trabajo
que Bonifacio Haza Grasso estaba en el lugar.
El líder del Movimiento 26 de Julio Frank País.
Sin embargo, otro de los hijos del comandante Haza Grasso, Bonifacio L.
Haza, afirma que su padre amaneció enfermo el día de la muerte de Pujol
y País. "Mi padre amaneció enfermo con un ataque a la vesícula […] lo sé
porque yo estaba allí, y mi madre nos decía que guardáramos silencio
para que mi padre pudiera dormir hasta que se le pasara el dolor […].
Ese día nos llegó la noticia que Frank País había sido muerto", dijo.
En el 2012, Bonifacio L. Haza, que reside en Vero Beach, en el centro de
la Florida, publicó el libro de memorias Escritos sobre la arena, donde
detalla muchos de los episodios en la vida de su padre, y en particular
sobre la ejecución en la Loma de San Juan. Allí, sentencia: "Algunos
fueron ejecutados por el solo hecho de haber pertenecido o colaborado
con el Ejército y la Policía Nacional".
Como líder del movimiento 26 de Julio, Frank País tenía la misión de
articular las acciones de sabotaje, por lo que usaba una pistola STAR
calibre 38 para sus acciones. Estos datos corresponden al artículo del
contralmirante Cuza Téllez, lo que hacía a País un hombre peligroso y
buscado por las autoridades.
En el libro se destaca que el comandante Haza Grasso estuvo al frente de
la Policía Nacional en Santiago de Cuba mientras el ejército combatía a
los guerrilleros en la Sierra Maestra. "Su trabajo era mantener el orden
público, no pelear contra los alzados", señala su hijo, quien describe a
su padre como un hombre que "no fue extremista y no estuvo de acuerdo
con el golpe del 10 de marzo de 1952". Luego añade que su padre ejerció
como intermediario para propiciar las conversaciones entre el Ejército
Nacional y el Ejército Rebelde. Algunas fotos de la época muestran a
Fidel y Raúl Castro, conversando con Haza Grasso, el 1ro. de enero de
1959 en El Caney "para ultimar la entrada de los rebeldes que habían
proclamado la victoria", tras la huida de Batista hacia República
Dominicana.
Para Bonifacio L. Haza, "la masacre de los 71 no fue un hecho fortuito.
La evidencia sugiere que esto fue un acto premeditado, planeado, y
preparado con anterioridad"; añadiendo: "la trinchera de unos 40 metros
de largo, donde caían los cuerpos de los ejecutados, fue cavada antes de
que fueran condenados a muerte". Así lo resalta en su libro.
El sacerdote Jorge Bez Chabebe que asistió en sus horas finales a
algunos de los fusilados en la Loma de San Juan, y autor del libro Dios
me hizo cura, le expresó al periodista Pedro Corzo, en una entrevista,
que al llegar al sitio de las ejecuciones se encontró que habían abierto
"un hueco largo y profundo", y que el capitán Fernando Vecino Alegret,
que luego ejerció como ministro de Educación Superior, estaba al frente
de las ejecuciones. En su testimonio menciona que intentó intervenir
para evitar la masacre, pero fue inútil. El propio Vecino le dijo que si
no los ejecutaba, lo iban a fusilar a él.
El periodista Luis González Lalondry apunta que Haza Grasso como jefe de
la policía de Santiago de Cuba "era muy blando con los rebeldes y no
seguía las órdenes que recibía de La Habana", por eso enviaron a
comandar la zona a Salas Cañizares. Lalondry añade: "Bonifacio era una
persona muy decente, una bella persona, pero eso lo hacía bastante débil".
Quién ametralló a Frank País
Lalondry afirma que ni Haza Grasso, ni Salas Cañizares ejecutaron a
Frank País. Señala directamente al sargento Manuel "El Gallego" Fabelo,
que era el ametrallador de Salas Cañizares. "Eso me lo confesó el propio
Fabelo aquí en Miami durante un encuentro en 1961", sentencia Lalondry,
para luego añadir: "Frank País y su gente ponían bombas, petardos,
mataban a policías y guardias rurales para quitarles las armas. Eran
gentes muy violentas, por eso cuando supieron dónde estaban escondidos
los cercaron. En medio de todo aquel operativo, Fabelo lo vio y le
disparó varias veces". Lalondry añade que durante el testimonio del
ametrallador de Salas Cañizares, éste le dijo que no supo a quién había
matado hasta que la noticia corrió. Fabelo murió hace algún tiempo en
Los Ángeles, California.
Lalondry describe a Frank País como "un asesino completo, un hombre que
era maestro, pero que Fidel Castro lo convirtió en un monstruo". Durante
la convulsa época previa al triunfo de la revolución castrista, el
periodista se desempeñaba como comentarista del programa de radio La
juventud con Batista, en Santiago de Cuba, por lo que personalmente
Frank dio la orden de eliminarlo.
"Frank País quería matarme porque, decía que yo le estaba haciendo mucho
daño y había que parar ese programa de radio", dijo Lalondry, detallando
varios intentos de asesinato. "En una ocasión me siguieron varias
cuadras. Yo apuré el paso y ellos hicieron lo mismo. Logré subir a una
guagua y vi a uno de ellos haciendo un gesto con la mano llevándosela al
cuello, indicándome que me matarían. Eso lo denuncié en mi programa de
radio".
El Movimiento 26 de Julio tanto en la Sierra Maestra, donde estaban los
rebeldes, como en el clandestinaje, que encabezaba País, motivaron actos
violentos, que al salir Batista de Cuba le abrió las puertas a Fidel
Castro para una serie de juicios sumarísimos y ejecuciones, en muchos
casos, arbitrarias.
Un fusilamiento injusto
Uno de las ejecuciones injustas parece ser la de Bonifacio Haza Grasso.
"Él fue Jefe de la Policía, pero al triunfar la revolución "se paseó por
las calles de Santiago con un brazalete del Movimiento 26 de Julio en su
brazo", apunta Lalondry. Aun así, hubo un giro inesperado y Haza Grasso
es uno de los fusilados en la Loma de San Juan. "Haza Grasso fue el
último que fusilaron, cerca de las 9 de la mañana", expresa Lalondry
citando al padre Chabebe, presente en las ejecuciones.
Bonifacio hijo confirma que su padre recibió el brazalete del 26 de
Julio. "Yo no recuerdo cuándo exactamente se lo dieron, pero sí lo tenía
atado al brazo", recuerda, para añadir que Raúl Castro "ascendió a mi
padre a Ayudante del Jefe del Ejército, cargo que desempeñó por 8 días,
vistiendo el uniforme azul de policía, pero con el brazalete del 26 de
Julio".
Entonces, qué motivó el giro para deshacerse de Haza Grasso, si de
alguna manera había asumido el lado de los triunfantes rebeldes. Su hijo
afirma: "Mi padre fue usado por Fidel y Raúl como puente para proyectar
una imagen inicial democrática. Cuando ya no lo necesitaron, decidieron
hacerle un número 8, acusarlo y fusilarlo. Sencillamente a mi padre lo
fusilaron porque no lo necesitaban más. Lo engañaron y él cayó en la
trampa".
Tanto Bonifacio L. Haza como el padre Chabebe y Lalondry, señalan
directamente a Raúl Castro como la persona que dio la orden de
fusilarlo. "Hubo un juicio donde el chofer de un carro fúnebre acusó a
Haza Grasso de la muerte de cuatro jóvenes rebeldes", manifiesta
Lalondry, algo que corrobora Haza. "Tras ese juicio, Raúl llama a Haza
Grasso al Moncada, donde lo humilla públicamente y le arranca el
brazalete del 26 de Julio del brazo", concluye Lalondry.
Bonifacio L. Haza está convencido que el Che, Fidel y Raúl tenían un
plan secreto para llevar a Cuba al comunismo, por lo que mientras les
convino, utilizaron a ciertas personas, entre ellas a su padre, para
mantener engañado al pueblo, mientras consolidaban su propósito.
Ante la pregunta de por qué desempolvar todo esto seis décadas después,
Haza piensa que como una respuesta desesperada a las palabras del
Presidente en Miami: "el discurso del presidente Trump, llamando la
atención sobre la masacre de los 71 en la Loma de San Juan, puso al
régimen en la disyuntiva de ignorar lo que dijo Trump, o arremeter
contra la memoria de nuestro padre por la presencia en el acto de mi
hermano Luis. Optó por la segunda, con todo tipo de calumnias, para
desviar la atención de los crímenes de Raúl Castro", concluye.
Source: Familia de violinista que tocó para Trump niega acusación de
Cuba de que su padre mató a Frank País | El Nuevo Herald -
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